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22.6.13

SIMPATÍAS Y ANTIPATÍAS ENTRE PERSONAS ¿QUÉ PAPEL JUEGAN SUS ESPÍRITUS?

─ Dos seres que se han conocido y amado, ¿pueden volverse a encontrar en una nueva existencia corporal y reconocerse?

Reconocerse, no; pero sentirse atraídos el uno al otro, sí. Y a menudo las relaciones íntimas fundadas en un afecto sincero, no reconocen otra causa. Dos seres son aproximados por circunstancias fortuitas en apariencia; pero se deben a la atracción de dos espíritus que se buscan por entre la multitud.

─ ¿No les resultaría más agradable reconocerse?

No siempre. El recuerdo de las existencias pasadas tendría inconvenientes más grandes de lo que creéis. Después de la muerte se reconocerán y sabrán el tiempo que han pasado juntos.

─ ¿La simpatía entre dos personas tiene siempre, por principio, un conocimiento anterior?

No. Dos espíritus que se comprenden, sienten simpatía o empatía entre sí en forma natural, sin que en existencias anteriores se hayan conocido.

─ Los encuentros que a veces tenemos con ciertas personas, y que se atribuyen a la casualidad, ¿no son efecto de una especie de relaciones simpáticas?

Existen entre los seres pensadores lazos que vosotros no conocéis aún. El magnetismo es la brújula de esta ciencia que comprenderéis mejor más tarde.

─ ¿De dónde procede la repulsión instintiva que sentimos por ciertas personas a primera vista?

Espíritus antipáticos entre sí que se reconocen y comprenden su antipatía sin necesidad de hablarse.

─ La antipatía instintiva, ¿es siempre una señal de mala índole?

Dos espíritus no son necesariamente malos por el solo hecho no tener empatía o simpatía entre sí. La antipatía puede resultar de falta de semejanza en el pensamiento; pero a medida que los espíritus se elevan, se borran las diferencias y desaparece la antipatía.

─ La antipatía entre dos personas, ¿nace primero en aquella cuyo espíritu es más malo, o en la que lo tiene menos malo?

En la una y en la otra. Pero las causas y los efectos son diferentes. Un espíritu malo siente antipatía hacia cualquiera que pueda descubrirle y juzgarle. Al ver por vez primera a una persona, sabe que va a ser contrariado por ella, su desapego se trueca en odio, en resentimientos y le inspira deseos de hacerle el mal. El espíritu bueno siente repulsión hacia lo malo, porque sabe que no será comprendido y que no comparte los mismos sentimientos; pero, por su superioridad, no siente por el otro ni odio ni resentimiento, se contenta con esquivarlo y compadecerlo.