─ Los diferentes espíritus, ¿establecen entre sí jerarquías de
poderes? ¿Existe entre ellos subordinación y autoridad?
Sí, y muy grande. Unos espíritus ejercen, sobre otros, autoridad
relativa a su superioridad por un ascendiente moral imposible de evadir; es
decir, irresistible.
─ El poderío, mando y consideración de que puede gozar un hombre en La
Tierra, ¿le da alguna superioridad en el mundo de los espíritus?
No. Porque los pequeños serán ensalzados; y los grandes, humillados. Incluso,
lo dicen los salmos.
─ ¿Cómo hemos de entender eso de que serán ensalzados, y lo de la
humillación?
¿No sabes que los espíritus son de diferentes órdenes según sus
méritos? Pues bien, los más grandes de la tierra pueden ocupar el último puesto
entre los espíritus, al tiempo que sus sirvientes pueden ser los primeros. ¿No
lo comprendes? ¿No dijo JESÚS: "Todo el que se humille será elevado, y
todo el que se eleve será humillado?
─ La persona que era poderosa o muy importante en La Tierra y, luego
de su muerte, se encuentra ser inferior en el mundo de los espíritus, ¿siente
alguna humillación?
A menudo muy grande, sobre todo si se trataba de alguien orgulloso y
que solía sentir rabia por la prosperidad ajena.
─ El soldado que, después del combate, se encuentra con su general en
el mundo de los espíritus, ¿lo ve aún como superior?
En el mundo de los espíritus no tiene significado alguno el título
terrenal; la superioridad o inferioridad real o absoluta lo es todo.
─ ¿Están confundidos los espíritus de diferentes órdenes o niveles?
Sí y no. Se ven y se distinguen los unos de los otros. Se separan o se
aproximan según la afinidad o antipatía de sus sentimientos, como sucede entre
vosotros. Forman un mundo cuyo reflejo obscurecido es el vuestro. Los del mismo
grado se reúnen por una especie de afinidad, forman grupos o familias de
espíritus unidos por la simpatía y por el fin que se proponen: los buenos por
el deseo de hacer el bien; y los malos por el de hacer el mal, por la vergüenza
de sus faltas y por la necesidad de encontrarse entre seres semejantes a ellos.
Lo mismo sucede en una ciudad, donde los hombres de todos los grados y de todos los estratos se ven y se encuentran, sin confundirse; donde las sociedades se forman por analogías de gustos; donde el vicio y la virtud se codean sin relacionarse.
─ ¿Pueden los espíritus ir por doquier?
Los buenos van a todas partes, y preciso es que así sea, para que
puedan influir en los malos; pero las regiones habitadas por los buenos están
vedadas a los imperfectos, con el fin de que no puedan llevar a ellas la
perturbación de sus malas pasiones.
─ ¿Cuál es la naturaleza de las relaciones de los buenos y de los
malos espíritus?
Los buenos procuran combatir las malas inclinaciones de los otros con
el fin de ayudarles a ascender. Esta es una misión.
─ ¿Por qué se complacen los espíritus inferiores en inducirnos al mal?
Por envidia y rabia de no haber merecido estar entre los buenos. Su deseo no es
otro que impedir, tanto como pueden, a los espíritus inexpertos el llegar al
bien supremo. Quieren hacer a los otros lo que ellos sufren. ¿No observáis lo
mismo entre vosotros?
─ ¿Cómo se comunican entre sí los espíritus?
Se ven y se comprenden. La expresión, reflejo del espíritu, es
material. EL fluido universal establece entre ellos una comunicación constante,
pues aquél es el vehículo de la transmisión del pensamiento, como lo es del
sonido el aire entre vosotros; es una especia de medio de comunicación universal
que enlaza a todos los mundos, y permite a los espíritus la mutua
correspondencia de uno a otro mundo.
─ ¿Pueden los espíritus simularse mutuamente sus pensamientos y
ocultarse los unos a los otros?
No, para ellos todo está de manifiesto, especialmente cuando son
perfectos; pero siempre se ven. Esta no es, empero, una regla absoluta; porque
ciertos espíritus pueden perfectamente hacerse invisibles a otros que sean de
inferior orden, si consideran útil hacerlo así.
─ ¿Cómo los espíritus, no teniendo cuerpo material, pueden evidenciar
su individualidad y distinguirse de los otros seres espirituales que los
rodean?
Por medio del periespíritu que los constituye en seres distintos unos
de otros, como el cuerpo material entre los hombres.
─ ¿Se conocen los espíritus por haber vivido juntos en La Tierra?
¿Conoce el padre a su hijo, y el amigo a su amigo?
Sí; y así, de generación en generación.
─ ¿De qué modo se reconocen en el mundo de los espíritus los hombres
que en la tierra se han conocido?
Vemos nuestra vida pasada y leemos en ella como en un libro, y viendo
el pasado de nuestros amigos y enemigos, vemos un tránsito de la vida a la
muerte.
─ Al separarse de su cuerpo ahora inerte y recién muerto, ¿ve el alma
inmediatamente a los parientes y amigos que, antes que ella, ingresaron en el
mundo de los espíritus?
Inmediatamente no es siempre la verdadera expresión; porque, como
tenemos dicho, necesita cierto tiempo para reconocerse y sacudir el velo
material.
─ ¿De qué manera es acogida el alma a su regreso al mundo de los
espíritus?
La del justo, como un hermano querido, a quien desde hace mucho tiempo
se esperaba; la del detestable, como un ser a quien se desprecia.
─ ¿Qué sentimientos experimentan los espíritus impuros a la vista de
otro espíritu malo que llega?
Los malos se complacen en ver seres semejantes y, como ellos, privados
de la dicha infinita; como se complace en La Tierra uno de vuestros bribones de
estar entre sus iguales.
─ ¿Salen a veces a nuestro encuentro, nuestros padres y amigos, cuando
dejamos La Tierra?
Sí, salen al encuentro del alma de quien aman, y la felicitan por su
vuelta del viaje si es que se ha salvado de los peligros del camino, y la
ayudan a desprenderse de los lazos corporales. Es un favor hecho a los buenos
el que salgan a su encuentro los que le han amado, al paso que es un castigo
para el impuro el que permanezca en el aislamiento, o rodeado únicamente de
espíritus que le son semejantes.
─ ¿Los parientes y amigos están siempre reunidos después de la muerte?
Esto depende de su elevación y del camino que adoptan para su progreso. Si uno está más adelantado y camina más aprisa que el otro, no pueden estar juntos; podrán verse a veces; pero solo podrán estar reunidos siempre, cuando puedan caminar juntos, o cuando hayan logrado la igualdad de perfección. Y, además, la privación de la vista de los parientes y amigos es a veces un castigo.