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29.6.13

CONMEMORACIÓN DE LOS DIFUNTOS – Y LOS FUNERALES

─ ¿Son sensibles los espíritus al recuerdo por parte de aquellos a quienes amaron en La Tierra?

Mucho más de lo que vosotros podéis creer. Ese recuerdo aumenta su felicidad, si son felices; y les sirve de alivio, si son infelices.

─ El día de la conmemoración de los difuntos ¿tiene algo de más solemne para los espíritus? ¿Se preparan para venir a visitar a los que van a orar cerca de sus restos?

Los espíritus acuden al llamamiento del pensamiento lo mismo ese día que los otros.

─ Semejante día, ¿es para ellos una cita en su sepulcro?

Son más numerosos aquel día, porque son más las personas que los llaman; pero cada uno de ellos acude por sus amigos únicamente, y no por la multitud de indiferentes.

─ ¿Bajo qué forma acuden y cómo se les vería si pudieran hacerse visibles?

Bajo aquella que se les conoció durante la vida.

─ Los espíritus olvidados y cuya tumba nadie visita, ¿acuden a pesar de esto, y experimentan algún sentimiento al ver que nadie les recuerda?

¿Qué les importa La Tierra? solo por el corazón se relacionan con ella. Si no existe amor, nada hay en La Tierra que traiga a los espíritus. Todo el Universo les pertenece.

─ La visita a la tumba, ¿causa más satisfacción al espíritu que la oración hecha por él?

La visita a la tumba es un modo de manifestar que se piensa en el espíritu ausente, en su imagen. Y os digo que lo que santifica el recuerdo es la oración, y si ésta se hace de corazón poco importa el lugar.

─ Los espíritus de las personas a quienes se erigen estatuas o monumentos, ¿asisten a la inauguración y las miran con satisfacción?

Muchos, cuando pueden, acuden; pero son menos sensibles al honor que al recuerdo que se les tributa.

─ ¿De dónde puede proceder el deseo de ciertas personas, que quieren que se les entierre más bien en un lugar que en otro? ¿Acuden a él de mejor agrado después de la muerte, y esta importancia atribuida a una cosa material, es señal de inferioridad del espíritu?

Afecto del espíritu por ciertos lugares; cierta inferioridad moral. ¿Qué importa este o aquel rincón de tierra al espíritu elevado? ¿No sabe que su alma se unirá a los que ama, aunque fuesen desparramados sus huesos?

─ La reunión de los restos mortales de todos los miembros de una misma familia, ¿debe considerarse como cosa intrascendente?

No; es un proceso piadoso y un testimonio de simpatía hacia aquellos a quienes se ha amado, y si semejante reunión importa poco a los espíritus, es útil a los hombres, pues los recuerdos están más acumulados.

─ Al regresar a la vida espiritual, ¿es sensible el alma a los honores hechos a sus restos mortales?

Cuando el espíritu ha llegado ya a cierto grado de perfección, no tiene vanidad terrestre, y comprende la insignificancia de todas esas cosas; pero ten entendido que con frecuencia hay espíritus que, en el primer momento de su muerte material, experimentan sumo placer con los honores que se les tributa, o enojo por el descuido de su envoltura; porque conservan aún algunos de los prejuicios de La Tierra.

─ ¿Asiste el espíritu al entierro de su cuerpo?

Con mucha frecuencia; pero a veces no se da cuenta de lo que ocurre, si se encuentra aún en la turbación.

─ ¿Se enorgullece de la alta concurrencia de asistentes a su entierro?

Más o menos, según el sentimiento con que concurren aquellos.

─ El espíritu del que acaba de morir, ¿asiste a las reuniones de sus herederos?

Casi siempre. Dios lo quiere por su propia instrucción y castigo de los culpables, pues entonces juzga lo que valen sus protestas. Para él todos los sentimientos están patentes, y el desengaño que experimenta, viendo la rapacidad de los que se reparten sus ahorros, le ilustra sobre los sentimientos de éstos; pero ya les llegará su hora.

─ El respeto instintivo que en todos los tiempos y pueblos siente el hombre por los muertos, ¿es efecto de la intuición que de la vida futura tiene?

Es su consecuencia natural, pues a no ser así, ese respeto carecerá de objeto.