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14.7.13

TRANSMIGRACIÓN PROGRESIVA

─ Desde el principio de su formación, ¿goza el espíritu de la plenitud de su facultades?

"No. Porque el espíritu, como el hombre, tiene también su infancia. En su origen, no tienen los espíritus más que una existencia instintiva, y apenas tienen conciencia de sí mismos y de sus actos. Solo, poco a poco, se desarrolla su inteligencia".

─ ¿Cuál es el estado del alma en su primera encarnación?

"El estado de infancia en la vida corporal, y apenas se desarrolla su inteligencia; se ensaya en la vida".

─ ¿Las almas de nuestros salvajes son almas en estado de infancia?

"Infancia relativa; pero son almas desarrolladas ya, pues tienen pasiones".

─ ¿Las pasiones, pues, son señal de desarrollo?

"De desarrollo sí; pero no de perfección. Son una señal de actividad y de conocimiento del yo, mientras que en el alma primitiva la inteligencia y la vida están en germen".
La vida del espíritu recorre en conjunto las mismas fases de la vida corporal. Pasa gradualmente del estado de embrión al de infancia, para llegar, por una serie de periodos, al de adulto, que es el de la perfección. Pero con la diferencia de que no tiene decaimiento y decrepitud como en la vida corporal; que su vida, que tiene principio, no tendrá fin; que necesita un tiempo inmenso, a nuestro modo de ver, para pasar de la infancia espírita al desarrollo completo, y que realiza su progreso no en una sola esfera, sino pasando por diversos mundos. La vida del espíritu se compone, pues, de una serie de existencias corporales, cada una de las cuales le es ocasión de progreso. Pero del mismo modo que en la vida del hombre hay días infructuosos, en la del espíritu hay existencias corporales que no producen resultado porque no ha sabido aprovecharlas.
─ ¿Se puede desde esta vida, observando una conducta perfecta, franquear todos los grados y llegar a ser Espíritu Puro, sin pasar por otras reencarnaciones intermediarias?

"No. Porque lo que el hombre cree perfecto está muy lejos de la perfección, y hay cualidades que le son desconocidas y no puede comprender. Puede ser tan perfecto como lo permita su naturaleza terrestre; pero esta no es la perfección absoluta. Así como el niño, por mucha que sea su precocidad, ha de pasar por la juventud antes de llegar a la madurez. Y, además, el espíritu ha de progresar en ciencia y moralidad, y si solo en un sentido ha progresado, es preciso que progrese en otro para llegar a lo alto de la escala. Desde luego que mientras más adelanta el hombre en la vida presente, menos largas y penosas son las pruebas siguientes".

─ ¿Puede el hombre, por lo menos, asegurarse desde esta vida una existencia futura menos sobrecargada de amargura?

"Sin duda que sí, pues puede abreviar la extensión y dificultades del camino. Solo el intolerante se encuentra siempre en el mismo punto".

─ En sus nuevas existencias, ¿puede el hombre descender a más baja condición de la que ocupaba?

"Respecto de la posición social, si; pero no considerado como espíritu".

─ ¿El alma de un hombre de bien puede, en una nueva encarnación, encarnar en un malvado?

"No. Porque no puede degenerar".

─ ¿El alma de un perverso puede llegar a ser la de un hombre de bien?

"Si; a la larga, si purga sus malas conductas anteriores, entonces se va transformando".
La marcha de los espíritus es progresiva y nunca retrógrada; se elevan gradualmente en la jerarquía, y no descienden de la altura a la que han llegado. En sus diferentes existencias corporales pueden descender como hombres; pero no como espíritus. Así, el alma de un potentado en La Tierra puede más tarde animar a un muy humilde artesano o a un sufrido labriego, y viceversa; porque los rangos entre los hombres están con frecuencia en razón inversa de los sentimientos morales. HERODES era rey; y JESÚS, carpintero.
─ La posibilidad de mejorarse en otra existencia, ¿no puede inducir a ciertas personas a perseverar en el mal camino, creídos de que más tarde podrán corregirse?

"El que así piensa no cree en nada, y tampoco le contiene la idea de un castigo eterno, porque su razón la rechaza, y semejante idea conduce a la incredulidad sobre todas las cosas. Si solo medios razonables se hubiesen empleado en la dirección de los hombres, no habría tantos escépticos. Un Espíritu Imperfecto puede, en efecto, pensar lo que tú dices durante su vida corporal; pero una vez desprendido de la materia, piensa de muy distinto modo, porque pronto comprende que ha calculado mal, y entonces es cuando trae un sentimiento contrario en una nueva existencia. Así es como se realiza el progreso, y he aquí por qué tenéis en La Tierra hombres más adelantados que otros. Unos tienen aquella experiencia de que carecen otros; pero que adquirirán paulatinamente. De ellos depende precipitar o retardarlo indefinidamente".
El hombre que ocupa una mala posición desea cambiarla lo más pronto posible. El que está persuadido de que las tribulaciones de esta vida son consecuencia de sus imperfecciones, procurará proporcionarse una nueva existencia menos penosa y, este pensamiento, más que el del fuego eterno en el que no cree, le alejará del camino del mal.
─ No pudiendo los espíritus mejorarse más que sufriendo las tribulaciones de la vida corporal, ¿se deduce que la vida material es un tamiz o depuratorio, por el que deben pasar los seres del mundo espiritual para llegar a la perfección?

"Sí, exactamente. Se mejoran en esas pruebas evitando el mal y practicando el bien. Pero solo después de muchas encarnaciones o purificaciones sucesivas, alcanzan el objeto hacia el cual se dirigen en un tiempo más o menos largo, según sus esfuerzos".

─ ¿Es el cuerpo el que influye en el espíritu para mejorarle, o el espíritu en el cuerpo?

"Tu espíritu lo es todo; el cuerpo es una vestidura que se pudre".