─ ¿Puede un espíritu revestir momentáneamente la envoltura
de una persona viva; es decir, introducirse en su cuerpo animado y obrar en vez
y en lugar del que en él está encarnado?
El espíritu no penetra en un cuerpo como tú en una casa o
como tú en tu propia ropa, sino que se asimila, se relaciona con el espíritu
encarnado que ha de tener los mismos defectos y las mismas cualidades o
naturalezas para obrar de común acuerdo, pero siempre es el encarnado quien
obra como quiere sobre la materia de que está revestido. Un espíritu no puede
sustituir al que está encarnado, porque el espíritu y el cuerpo están ligados
hasta el tiempo señalado para el término de la existencia material.
─ Si no hay posesión propiamente dicha; es decir,
cohabitación de los dos espíritus en un mismo cuerpo, ¿puede el alma estar bajo
la dependencia de otro espíritu, de modo que esté subyugada hasta el punto de
hallarse su voluntad paralizada en cierto modo?
Sí, y esos son los verdaderos poseídos. Pero entiende que
semejante dominación nunca tiene lugar sin participación del que la sufre, ya
por su debilidad, ya por su deseo. A menudo se han tomado por poseídos a
epilépticos o a locos que más necesitan médicos que exorcismos.
La palabra poseído, en su acepción vulgar, supone la existencia de demonios; es decir, de una categoría de seres de mala naturaleza, y la cohabitación de uno de ellos con el alma en el cuerpo del individuo. Puesto que, en aquel sentido, no hay tales demonios y puesto que dos espíritus no pueden habitar simultáneamente en el mismo cuerpo, no existen poseídos en el sentido vulgar de la palabra. La voz POSEÍDO debe solo entenderse en el sentido de la dependencia absoluta en que puede encontrarse el alma respecto de espíritus imperfectos que la subyugan.
─ ¿Puede uno por sí mismo alejar a los malos espíritus y
emanciparse de su dominación?
Teniendo la necesaria firmeza de voluntad, siempre se puede
sacudir el yugo.
─ ¿Puede acontecer que la fascinación que ejerce el espíritu
malo sea tal, que la persona subyugada no la perciba? ¿Puede entonces un
tercero poner término a su sujeción y, en este caso, qué condiciones debe
reunir?
Si es un hombre de bien, su voluntad puede cooperar
invocando el concurso de los espíritus buenos; porque mientras más hombre de
bien es una persona, mayor imperio tiene sobre los espíritus imperfectos para
alejarlos, y sobre los buenos para atraerlos. Sería, no obstante, impotente, si
el que está subyugado no se presta a ello, y personas hay que gozan en la
dependencia que halaga a sus gustos y deseos. En todo caso aquel que no es puro
de corazón ninguna influencia puede tener. Los espíritus buenos le desprecian y
no temen los malos.
─ Las fórmulas de exorcismo, ¿tienen alguna eficacia sobre
los espíritus malos?
No. Y cuando estos espíritus ven que alguien toma la cosa
por lo serio, se ríen y se obstinan.
─ Hay personas de buenas intenciones que son, no obstante, obsesionadas
u obsesadas, ¿cuál es el mejor medio para liberarse de los espíritus obsesionadores?
Acabarles la paciencia, no hacer caso alguno a sus
sugestiones, y hacerles comprender que pierden el tiempo. Entonces, conociendo
que nada pueden hacer, se van.
─ ¿La oración es un medio eficaz de curar la obsesión?
Para todo es un poderoso auxilio la oración. Pero sabed que
no basta murmurar algunas palabras para lograr lo que se desea. Dios asiste a los que practican, y no a los
que se limitan a pedir. Preciso es, pues, que el obsesionado u obsesado
haga por su parte lo necesario para destruir la causa que en sí mismo atrae a
los espíritus malos.
─ ¿Qué hemos de pensar de la expulsión de demonios de que
nos habla el Evangelio?
Eso depende de la interpretación. Si llamáis
demonio a un espíritu malo que subyuga a un individuo, destruida su influencia,
habrá sido realmente expulsado. Si atribuís una enfermedad al demonio, curada
ésta, diréis también que lo habéis expulsado. Una cosa puede ser verdadera o
falsa, según el sentido que se dé a las palabras. Las mayores verdades pueden
parecer absurdas, si no se mira más que la forma y si se toma lo lógico por lo
real. Comprended y recordad esto, porque es de aplicación general.