─ ¿Tienen los espíritus una forma determinada, limitada y constante?
"Para vuestra vista no; pero sí para la nuestra (otros espíritus). Y si así lo queréis, el espíritu es una llama, un destello, o una chispa etérea (vaporosa)".
─ ¿Tiene color esa llama o chispa?
"Para vosotros, y según que el espíritu sea más o sea menos puro, varía el color del oscuro al brillo del rubí".
Ordinariamente se representa a los genios con una llama o estrella en la cabeza, alegoría que recuerda la naturaleza esencial de los espíritus, y se coloca en la parte superior de aquella porque allí reside la inteligencia.
─ ¿Emplean los espíritus algún modo para cruzar el espacio?
"Sí, pero rápido como el pensamiento".
─ ¿El pensamiento es el alma misma que se traslada de un punto a otro?
"Cuando el pensamiento está en una parte determinada, también está el alma, puesto que es esta la que piensa, siendo el pensamiento un atributo".
─ ¿El espíritu que se traslada de uno a otro punto tiene conciencia de la distancia que recorre y de los espacios que cruza, o bien se ve súbitamente trasladado al punto a donde quiere ir?
"Lo uno y lo otro; puesto que el espíritu puede muy bien, si así lo quiere, hacerse cargo de la distancia que recorre, distancia que puede también ser eliminada, lo cual depende de su voluntad y también de su naturaleza más o menos depurada".
─ ¿La materia constituye obstáculo para los espíritus?
"No; pues lo penetran todo: el aire, la tierra, las aguas y hasta el mismo fuego le son igualmente accesibles".
─ ¿Tienen el don de la ubicuidad los espíritus o, en otros términos, puede un espíritu encontrarse en varias partes a la vez?
"Un espíritu no puede dividirse; pero cada uno de ellos, es un centro que irradia en todas direcciones, pareciendo por esto que se encuentra en muchos lugares a la vez. El sol, como ves, es uno, e irradia, sin embargo, en todo su alrededor, derramando sus rayos a largas distancias sin que por ello se divida".
Cada espíritu es una unidad indivisible; pero cada uno de ellos puede extender a diversos puntos el pensamiento, sin dividirse, y solo en este sentido debe entenderse que se atribuye a los espíritus el don de ubicuidad. Tal sucede con un destello que, proyectando a lo lejos su claridad, puede ser percibida de todos los puntos del horizonte, y tal asimismo con un hombre que, sin cambiar de puesto ni dividirse, puede transmitir órdenes, señales y movimientos a lugares diferentes.
─ ¿Tienen igual poder de irradiación todos los espíritus?
"Buena diferencia existe, puesto que depende de su grado de pureza".